
Llevo comiendo estas rosquillas caseras de anís desde muy pequeña, cuando era una niña y mi abuela, junto con mi madre, se disponían a prepararlas allí estaba yo para ayudarlas y terminar rebozada en harina tanto o más que las rosquillas ¡cuánto echo de menos esos momentos! Disfrutaba de lo lindo.
Las rosquillas de abuela son un clásico en todas las casas, al menos eso pienso yo, creo que todas las abuelas del mundo hacen rosquillas caseras muchas veces en su vida y cada una tiene su receta particular que va pasando de generación en generación. La de mi abuela Josefa la comparto hoy contigo, te invito a que la pruebes en cuanto tengas la oportunidad porque es una auténtica delicia.
La gastronomía española está repleta de postres tradicionales que nunca pasan de moda y que están presentes en nuestras mesas con frecuencia. Algunos de esos postres con historia y tradición puedes verlos en este blog: arroz con leche, natillas de vainilla, torrijas, filloas o flan de huevo.
Esta masa de rosquillas es la misma que la de mis OREJAS DE CARNAVAL, su preparación no tiene complicación alguna y podemos hacerla manualmente o con amasadora. Si quieres degustar unas deliciosas rosquillas fritas tradicionales ahora es el momento ¡Manos a la masa!
ROSQUILLAS CASERAS DE ANÍS DE LA ABUELA JOSEFA
INGREDIENTES:
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1kg de harina (tamizada)
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250ml de leche
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125ml de anís (licor)
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4 huevos
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4 cucharadas de azúcar (soperas)
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2 cucharaditas de sal ( de postre)
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100g de margarina/mantequilla
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Ralladura de 1 limón grande (o 2 pequeños)
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2 sobres de levadura (tipo Royal)
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Azúcar y canela (para espolvorear)
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Aceite (para freír) de oliva suave o girasol
PREPARACIÓN:
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Mezclar la harina con la levadura, derretir la mantequilla/margarina y batir los huevos.
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En un recipiente echar todos los ingredientes líquidos (leche, anís, mantequilla fundida y los huevos batidos). Añadir el azúcar, la sal y la ralladura de limón. Batir todo mezclándolo bien.
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Incorporar la harina con la levadura, remover hasta que esté totalmente integrada.
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Esparcir harina sobre la encimera y volcar la mezcla en ella. Amasar hasta conseguir una masa que no se pegue a las manos, espolvorear con más harina si es necesario para lograrlo.
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Formar una bola y dejarla reposar, tapada con un paño, media hora.
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Terminado el tiempo de reposo hacer tiras con la masa del grosor que se desee (cuanto más gruesas más esponjosas resultan). Cortar las tiras en trozos, más o menos grandes, según los gustos de cada un@ y formar las rosquillas uniendo los dos extremos.
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En una sartén calentar abundante, aceite. Freír las rosquillas por los dos lados. Cuando estén doraditas retirarlas sobre papel absorbente para evitar el exceso de grasa.
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Espolvorearlas con una mezcla de azúcar y canela.
Las rosquillas caseras de anís son magníficas para acompañar un café, un chocolate a la taza, desayunar, merendar o tomar como postre. No te las pierdas por nada del mundo pero ten mucho cuidado porque son adictivas, hay que poseer una cantidad importante de fuerza de voluntad para comer solamente una, su delicioso sabor te cautivará desde el primer mordisco.

Sorprender a tus comensales con un postre casero es un lujo que está al alcance de todo el mundo, prueba también los roscos fritos de naranja, incluso los paladares más exigentes quedarán altamente satisfechos y aplaudirán tu elección.
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